Los 5 animales más influyentes en la vida de Jesús
En una época en que la gente aprovecha la festividad de Semana Santa de una manera lúdica y personal, unos pocos resistimos y celebramos la Pasión como Diso manda; desde el recogimiento, la fe y el temor a un Dios Vengativo. En estas fechas de debe reunir la familia alrededor de un fuego y compartir las historias de la Biblia que den más miedo (por la noches) o que resulten más graciosas (por la tarde). En esta segunda categoría yo siempre he tenido mis favoritas; todas las que protagonizan los llamados animales bíblicos. Este es un pequeño resumen;
1- La Mula Jordan
Como hemos visto en todos los belenes menos en los vivientes, la mula ya estaba presente en el nacimiento de Cristo. Inicialmente, José de Arimatea (padre legal de Jesús, pero no biológico) la llevó hasta el portal de Belén para que su hijo recién nacido tuviera alimento caliente tras su nacimiento. Pero una vez que el animal llegó al pesebre, el pastor no pudo sacrificarlo, debido a su tierna mirada y a sus agresivas mandíbulas. No sólo la dejaron vivir, sino que pronto se convirtió en la mejor amiga del Niño Jesús y, según algunas revistas amarillistas de la época, en el primer amor de nuestro Salvador. En la biografía que escribió el equino en el año 17 después de Cristo, la mula relataba miles de aventuras no-amorosas vividas por ambos, aunque en 1987 un estudioso de la Biblia que además era gigoló descubrió que la biografía nunca fue escrita por la mula Jordan. El investigador afirmaba que las mulas son incapaces de coger un boli con su pezuña, además de carecer de la inteligencia necesaria para formar oraciones subordinadas, por lo que dedujo que el panfleto había sido escrito por una oveja o un mamífero de tamaño medio, muchos más versátiles a la hora de inspirarse en pos de la literatura. En el año 31 dC, Jordan moriría al detener con su cuerpo una bala de francotirador que tenía como destino a Jesús Nuestro Señor.
2- El buey Alexandro
Como sabemos, el Niño Jesús tenía como preferida a la mula Jordan en sus primeros años, lo que sentaba rematadamente mal al otro cuadrúpedo del portal. Históricamente más inteligente que los equinos, el buey esperó al año 18 dC, momento en el que Jesús cumplió la mayoría de edad, para intentar ganarse su amistad mediante tejemenejes algo sucios; las drogas. Se coló en el instituto donde estudiaba Jesús, el IES Nazareth, disfrazado de adolescente moderno y popular. Pronto reunió a advenedizos y admiradores en torno a él, momento en el que Jesús se decidió a conocerlo mejor y a salir con él los viernes por la noche. En la Discoteca La Zarza Ardiente una noche de primavera, Alexandro besó con lengua a nuestro Redentor, colándole una pastilla de droja a Jesús durante el ósculo, tal y como hacen las golfas de las pelis americanas. Este hecho inició una cadena de acontecimientos que desembocaría en un Jesús totalmente enganchado, vagabundeando por las calles y pidiendo sestercios a todo el mundo. Tuvo que ser de nuevo la Mula Jordan el que lo convenció al Salvador para que se apuntara a Proyecto Hombre (en esos tiempos llamada Proyecto Ecce Hommo). Ya veis que, aunque para mal, el buey infuyó en la vida del Redentor.
3- El Centollo Maryland
En su primer viaje al mar, en una excursión del colegio, Jesús se separó de su grupo porque estaba algo triste por las calabazas que le había dado la chica que le gustaba, Edith de Abisinia, para ir al baile de fin de curso. Paseaba por la playa cabizbajo cuando un centollo mágico, y probablemente venido del futuro, se le apareció para concederle tres deseos. Jesús malgastó sus tres deseos pidiéndole un vaso, un botellín de cerveza y un abridor, lo que hizo apiadarse paternalmente al crustáceo ante la candidez del niño de Dios. Según un pasaje de la Biblia que finalmente no se incluyó porque no cabía, Jesús y Maryland vivieron mil aventuras a través del tiempo, luchando contra piratas y montando carreras de mamuts clandestinas, pero hay quien afirma que tales hechos no ocurrieron jamás y que me los acabo de inventar. Ideas que les llevarán sin duda al infierno.
4- El velociraptor Damián
Posiblemente de uno de sus viajes temporales e inventados, Jesús se trajo consigo a Damián, el velociraptor sonriente. Tal era su carisma que el Salvador movió los hilos para que el saurio fuera incluido en el grupo de los apóstoles, bajo un primer alias de DJ Damián que pronto fue cambiado por San Damián. Los otros apóstoles montaron en cólera cuando el raptor pidió permiso para escribir algunos párrafos en el Viejo Testamento (en ese momento, obviamente, no conocían al libro por ese nombre, sino por el de Nuevo Testamento, ya que era el primero). Afirmaban que no era del todo correcto incluir en el panfleto las historias de Damián; relatos que rara vez tenían que ver con Cristo y sí con decálogos para conquistar a las mujeres e instrucciones para hacer animales de papiroflexia. Aunque este dato nunca se ha demostrado, se rumorea que los apóstoles contrataron a Jeff Goldblum para que asesinara al dinosaurio.
Hay quien dice que lo mató con esta mirada.
5-El osito Knut
Aunque Jesús y Knut no coincidieron ni en la misma época ni en el mismo lugar, muchas son las voces que afirman que el adorable oso polar es, ni más ni menos, que la 3ª reencarnación de Cristo, tras la primera en Nazareth y la 2ª en la época de los vaqueros. De ser cierto, Knut nos traerá la paz en el mundo y nos enseñará a bailar a todos como Dios manda. Ya que, como dice San Juan en su versículo 3:16...Sigue a Jesús en su camino/ mueve tus caderas en la noche/ nunca te enamores/ en la pista de baile...
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