21 mar 2009

Cronicas de un Cientifico Homosexual; Michelle Uriarte

En memoria de Michelle Uriarte, por ser la mujer mas maravillosa, divertida, extrovertida y perturbada del mundo que por ella hoy dia soy lo que soy o peor de lo que soy.

Michelle, tu junto con esta historia, que si bien recuerdo la encontraste en "el pensadero de canek" hicieron de mi dignidad, unos pantalones orinados por exceso de risa...
GRACIAS!

hagan caso omiso a mis granos, dientes amarillos, y demas imperfecciones que opacan la belleza de la tan hermosa dama que posa a mi derecha: Chelle
Fue nuestra primer foto sin brakets!

Cronicas de un Cientifico homosexual

Y he aquí que (como todos los buenos homosexuales), Alan Turing fue al cielo después de suicidarse. Suerte para él que justo por la fecha de su muerte las cortes celestiales derogaran la ley que condenaba al infierno por toda la eternidad a los suicidas, cambiándola por la nueva ley que los pone al nivel de mártires en los casos en que fueron orillados al suicidio por la incomprensión la sociedad que, para mala suerte de ellos, les tocó.

El cielo se parece mucho a la Tierra, sólo que todo mundo habla el mismo idioma (aunque no se da cuenta uno), y en el caso de los homosexuales (como Turing) tienen orgías amistosas todos los martes a las 9 donde se escucha música de The Village People. Cuando llegó Turing no existían todavía The Village People; pero compensaban con mambos de Pérez Prado (tenían que arreglárselas como pudieran).

Los primeros 20 años en su estadía en el cielo, Turing acudió regularmente a las orgías de los martes a las 9, hizo deporte (que no es necesario, porque todos tienen un físico perfecto en el cielo, pero pues a Turing le gustaba), y se dedicó a leer literatura, escuchar música (además de Pérez Prado) y ver teatro y cine. En el cielo, cada quien en su casa tiene una pantalla de materia divina de 200 pulgadas donde pueden ver lo que sea, desde la programación del canal 5 hasta cualquier acontecimiento público (en el cielo son muy respetuosos de la privacidad de los mortales en la Tierra). Y por supuesto se entiende siempre no importa el idioma que hablen los que estén enfocados por la pantalla.

Después de 20 años de orgías y enriquecimiento cultural, Turing decidió ver qué transa con el avance de la ciencia en la Tierra. La Biblioteca Universal del Cielo tiene todos los escritos de la humanidad; en el momento en que algo es escrito en la Tierra, una copia aparece en la BUC, desde las cartas de amor más ridículas de niños de primaria, hasta el evangelio de Jesús, donde Jesús expresa que cuando el les decía se amaran los unos a los otros, jamás dijo que “excepto hombres con hombres”. Y si no, que le preguntarán a San Pedro, que no consiguió chamba de portero nomás por su barba. Al menos no nada más.

Después de enterarse del Teorema de Cook-Levin, Turing decidió que probar si NPP era suficientemente interesante como para entretenerse unas cuantas décadas, y se metió de lleno al problema. Sin dejar de ir a las orgías de los martes a las 9, claro, uno tiene que distraerse.

Sin embargo, pasaron un par de décadas y Turing no avanzaba en la demostración. Seguía con mucho detenimiento los progresos de sus colegas mortales; la BUC funciona un poco como la Wikipedia, uno puede tener un “watch list”, y cada elemento puede ser un tema completo. Sólo que la notificación es un querubín molesto que toca una campanita en el oído del “watcher” cada vez que algo nuevo se publica respecto al tema.

Deberían ver los dolores de cabeza de los que ponen en su “watch list” al tema “pornografía”; un error de novatos en el cielo. ¿Comenté que la BUC también es videoteca, hemeroteca, audioteca, y karateka?

Por fin un día el querubín molesto tocó la camapanita en el oído de Turing, y después de mandarlo volar contra una pared de un manotazo, Turing salió corriendo a la BUC (lo cual es una expresión; en el cielo la distancia de cualquier punto a cualquier otro es siempre la constante de 73 centímetros… y no queda muy claro por qué 73 centímetros), y leyó con avidez la prueba de que se había encontrado una cota inferior en el tiempo de ejecución para un algoritmo NP-completo.

La cota inferior era de n2.

Turing hizo cachitos el artículo y salió mentando literalmente madres de la BUC, mientras los cachitos se reparaban solos en el artículo (también se duplican automáticamente si dos personas quieren el mismo texto al mismo tiempo). Turing fue con San Pedro (se llevaban bien; se conocieron en las orgías de los martes a las 9) y exigió una audiencia con Dios.

San Pedro le dijo lo que generalmente decía a los que pedían audiencia con Dios: “uy joven, eso está cabrón”, y le explicó la complicada agenda del grandote. “El universo no se expande solo”, explicó.

Turing le dijo que no se hiciera pendejo, que él sabía que Dios era omnipotente y que eso incluía la capacidad de estar en dos lugares al mismo tiempo, y que usaba la excusa de la expansión del universo porque (admitámoslo) qué hueva estar oyendo las dudas de todos los que están en el cielo… que son más de lo que el común de la gente podría creer.

Nada más había terminado de decir eso, cuando Dios apareció y dijo lo que generalmente dice cuando se materializa (porque siempre está ahí) ante seres humanos:

“Quihubo”.

Dios, muchos no lo saben, suele tomar la forma de una mujer absurdamente sabrosa con poquísima ropa; por suerte para Turing él era homosexual, así que no se distrajo y le dijo sin ni siquiera parpadear: “te tengo una pregunta”.

Dios inclinó la cabeza como meditando la cuestión (le encanta el drama), y le dijo: “va, pero sólo una pregunta”.

“¿Es NP igual a P?”, preguntó Turing.

Dios inclinó la cabeza (al otro lado), y le dijo:

“No”.

Después de lo cual se dio la media vuelta y empezó a caminar, moviendo sensualmente las caderas.

“¡Pero…!”, empezó a gritar Turing, y Dios se volteó para mirarlo y le dijo: “Te dije que sólo una“. Y se desvaneció mientras caminaba meneando las caderas (le encantanlos tacones de 15 centímetros a Dios; qué mejor uso de la omnipotencia que el poder verse sexy sin que al otro día te duelan las plantas de los pies).

Desde ese día Turing sigue yendo a las orgías de los martes a las 9, volvió a leer, ver cine y teatro, y de vez en cuando trabaja en cosas de matemáticas, sólo para pasar el rato. Se hizo cuate de Erdős y han estado trabajando en varias cosas, pero en el fondo Turing quiere convencerlo de que lo acompañe a una de las orgías de los martes a las 9; depués de leer “The Man Who Loved Only Numbers”, Turing está convencido de que Erdős es de ambiente.

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